Protototipado y Cosmopolítica

Investigación e intervención multidisciplinaria en diseño y sociedad


Heterotopia en el Zoológico Metropolitano


El zoológico nacional fue construido hace cien años. A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX Chile pasaba por serios conflictos sociales y políticos. En Santiago se desarrolló una gran migración campo-ciudad, donde la oleada de nuevos habitantes dejó al descubierto las falencias estructurales de la capital para albergar a tanta población (Cruzat & Tironi, 1987). Producto de lo anterior, Santiago -como otras ciudades de América y Europa- se vio envuelto en una crisis sanitaria, la cual impulsó una serie de iniciativas estatales que señalaban la necesidad de alcantarillados, cambios culturales, y la generación de áreas verdes y parques para el bienestar de los ciudadanos al estilo europeo (Olivares, 2016). La tendencia higienista y la necesidad de generar espacios de “naturaleza” en la ciudad es influenciada por un movimiento internacional durante el siglo XVIII y XIX. La relación hombre-naturaleza cambia completamente con respecto a los siglos anteriores, siendo reconocida como fuente de inspiración, pureza y guía del paisaje europeo. Se reformulan también las famosas ménagerie o colecciones animales por jardines zoológicos que permiten el estudio ordenado de las especies además de su deleite. Además de las construcciones técnicas también en este período se crearon políticas de protección animal y las primeras Sociedades Reales de Prevención de crueldad animal (Hancocks, 2001). Michel Foucault (1986) usa el término heterotopía para describir los innumerables pliegues de la realidad social como espacios contrahegemónicos e irreductibles entre sí. Las heterotopías corresponden a estos lugares otros, en que todos los emplazamientos de una cultura se encuentran representados, contestados e invertidos. Encontramos en el surgimiento del zoológico nacional, y muchos otros zoológicos en el mundo, la necesidad de crear un lugar que, dentro de la ciudad, estuviera a la vez fuera de lugar, siendo un espacio excepcional. Encontramos en el Parque Metropolitano y en su jardín zoológico el ideal del jardín natural que contrasta con la ciudad. Como espacio para escapar de la contaminación y las malas condiciones de vida contemplando animales exóticos, el zoológico opera como la inversión de la norma y la representación de los deseos de una ciudad aún incipiente.

En la década de 1930 el zoológico se convirtió en la principal atracción de la ciudad (Nacional, Z, 1950). Gracias a su éxito fue posible realizar remodelaciones y construir casas mejoradas para los animales, en vista y consideración de los nuevos estándares europeos. Autoridades de la época entregaban comunicados en los cuales informaban las buenas condiciones de vida de los animales. Ejemplo de esto es la siguiente cita:

“Dentro de las “casas” construidas se destaca “La casa paraíso para monos”:  La casa de monos recibe sol por los cuatro costados, tiene una parte en donde los monos puedan estar a la sombra y el abrigo de los vientos, agua corriente permanente, árboles para que trepen y espacio para jugar. Por esto hemos creído propio denominar esta instalación “casa paraíso para monos” (Nacional, Z., 1931; 22).

Sin embargo, fue en este mismo periodo donde emergen las primeras críticas al estado de hacinamiento en que se encontraban los animales. Volviendo al concepto de heterotopía, encontramos que en esos lugares se “colocan” a los individuos con comportamientos “desviados” (Foucault ¿1986?). Este punto es clave, pues cabe recordar que en las ménagerie ambulantes de Europa y Estados Unidos se exponían humanos y no humanos (Hancocks, 2001) -aquellos considerados salvajes o adefesios- que, carentes de espiritualidad, freaks, desviados y peligrosos por no saber cómo controlarlos, eran encerrados y expuestos al deleite morboso y consternación de cientos de ojos curiosos. Dado el creciente consenso respecto a que todo homo sapiens sapiens tiene derechos inalienables, de todos estos individuos, los que hasta el día de hoy siguen siendo expuestos son los no humanos.

Con la fundación de sociedades protectoras de animales estos actos de violencia indiscriminada comenzaron a ser cuestionados. Si bien la reclusión de otredades desviadas en lugares heterotópicos confirma el disciplinamiento, aislamiento y rehabilitación ejercido sobre los sujetos por los regímenes soberanos, a fin de cuentas conlleva el reconocimiento de un otro. Pero ¿cuál es el disciplinamiento, aislamiento y rehabilitación de los no humanos que viven en los zoológicos? ¿cómo reconocemos a los animales y sus faltas? En este sentido Povinelli (2011) hace un cuestionamiento a la inconmensurabilidad del reconocimiento. Considera que la divergencia semántica es la principal dificultad a la hora de poder reconocer al otro. Para Povinelli, dicho reconocimiento se logra a partir de la suposición de que el otro también actúa de acuerdo con un set de convenciones lingüísticas racionales. Entonces, ¿cómo podríamos aplicar este set lingüístico a los no humanos si la base de nuestra distinción con los animales es el no reconocimiento de éstos como sujetos racionales capaces de representarse a sí mismos, sino que más bien cuerpos impulsados por deseos incapaces de controlar?

Otro punto fundamental de las heterotopías es que conviven con heterocronías, fisuras en el tiempo hegemónico, algunas de las cuales pueden acumular el tiempo de manera casi infinita, como bibliotecas y museos (Foucault 1986, p. 26). En este punto el zoológico también cumple este rol, a saber, de resquebrajar el tiempo y reordenar el espacio, desde los ciclos de vida de las especies, hasta permanencia de instalaciones y especies botánicas. La heterocronía y heterotopía se organizan, disponen e interactúan de manera compleja. El zoológico no se deteriora, no perece, al contrario, se fortalece con el paso del tiempo, materializado en las sucesivas generaciones de animales-nativos de la red internacional de instituciones zoológicas. Esto se vincula con el último punto que caracteriza la heterotopía: ser un espacio que, por contraste, performa una crítica o denuncia del espacio real-hegemónico; o, por el contrario, se despliega como un otro espacio que, inscrito en el poder central, lo reafirma, al estar meticulosa y perfectamente dispuesto (Foucault 1986, p. 27). La construcción meticulosa del zoológico como microcosmos ha permitido su permanencia y proyección. Es a partir de su recalcitrancia que nos seguimos cuestionando acerca del reconocimiento de los no humanos como sujetos y el encierro que, como a locos y enfermos, los sujeta. Pero la utilización de la jaula como método punitivo en humanos es distinto a la institucionalización -o subjetivación- animal. De hecho, como lo plantea Muñoz (2011), que la jaula para los animales tenga una connotación punitiva es problemático, como se puede constatar con los constantes esfuerzos para enriquecer ambientalmente sus recintos. Contrariando los postulados animalistas más consensuados, se podría considerar que los animales no son castigables porque no son sujetos de derechos, no son asimilados como ciudadanos. De hecho, a pesar de las innumerables y crecientes fisuras legales por las cuales se infiltran los derechos de los no humanos, legalmente los animales se conciben como bienes muebles[1], por eso su encierro, institucionalización y productivización, no son cuestionables. En este sentido la penalidad sería un espacio de privilegio del cual los no humanos están fuera: el cautiverio de los animales, excluidos del poder soberano, no puede ser considerado punitivo. Pero, en consideración a la densidad actual del entretejido más-que-humano que compone nuestro mundo, ¿cuánto debemos esperar para un cambio fundamental en la constitución, comprensión y en las relaciones que se desarrollan en estas ecologías heterotópicas y heterocrónicas que son los zoológicos?

Referencias

Cruzat, A & Tironi, X. (1987) El pensamiento frente a la cuestión social en Chile. Disponible en Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-8824.html . Accedido en 17/9/2017.

Elizabeth Povinelli. 2011. Road Kill. Ethical Substance, Exhaustion, Endurance. Economies of Abandonment. Durham: Duke University Press, 101-­130.

Espacios otros: utopías y heterotopías. (s.f). Recuperado de https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099/425/P005p.pdf

Green, Sarah. 2012. “A Sense of the Border.” In A Companion to Border Studies, edited by Thomas M. Wilson and Hastings Donnan, 573–92. Oxford: Blackwell. [22.08.2017] Lecturas complementarias

Hancocks, D. (2001). A different nature : The paradoxical world of zoos and their uncertain future. Berkeley: University of California Press.

Howard, B & More, R (Directores). (2016). Zootopia. [película]. California, E.E.U.U:  Walt Disney Feature Animation.

Lancaster, R (2012). Punishment. A  companion to moral anthropology, edited by D. Fassin. Blackwell.

Michel Foucault. 2013. La société punitive. Cours au Collège de France, 1972-­‐1973. París: EHESS, Gallimard. [Traducción al Inglés: Foucault, M. 2015. The Punitive Society: Lectures at the College de France 1972–1973, ed. B. Harcourt. London: Palgrave Macmillan].

Foucault, Michel (translated by Jay Miskowiec). Diacritics Vol. 16, No. 1 (Spring, 1986), pp. 22-27 Published by: The Johns Hopkins University Press DOI: 10.2307/464648 Stable URL: http://www.jstor.org/stable/464648

Muñoz, M. (2011). Cuerpos enjaulados. Recuperado de http://oa.upm.es/39616/1/2011_cuerpos_enjaulados_opt.pdf

Nacional, J. Z. (1932). Informe presentado al Sr. Ministro de Fomento por la Comisión nombrada para investigar acerca del estado actual del Jardín Zoológico Nacional de Chile. Santiago : El Jardín, 16. La ilustración.

Nacional, J. Z. (1950). El Jardín Zoológico Nacional Chile. Zig-Zag, 47.

Nacional, Z. (1931). Memoria del Jardín Zoológico Nacional : correspondiente al año 1928, presentada al señor Ministro de Fomento por el Director de ese servicio / Jardín Zoológico

Olivares Gongora, L., Booth, R., & Universidad de Chile. Facultad de Arquitectura y Urbanismo. (2016). San Cristóbal : Proyecto moderno : Su rol en el desarrollo del Santiago de la reforma higienista 1917-1938. Santiago.

[1] http://www.nosonmuebles.cl/